Una caficultora de la Ciudad del Gigante Dormido
Por: Lizmary L. Huertas Sierra

Esta investigación trata sobre como los caficultores se enfrentaron al cambio de café de sombra al café en sol. En la Ciudad del Gigante Dormido me encontré con una caficultora que vivió durante la época de los 70. Su nombre es Zoraida Pérez Núñez.

Mi entrevistada se inició en el cultivo del café por medio de su familia ya que la misma le enseñó como cultivarlo. Se puede decir que fue algo generacional y tradicional para ella. Zoraida cultiva el café hace 34 años, comenzó en el año 1976. Fue en esa época que se enteró que el café se debía de sembrar al sol ya que muchos agricultores comentaban que el café en el sol producía más frutos que en la sombra. Ella aceptó la idea de sembrar el café al sol debido a que el producto le dio buenos resultados al ser cultivado de la nueva manera.

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Ella enfrentó el cambio del café de sombra a café al sol sin problemas pues su padre le había enseñado a cultivarlo al sol con el fin de producir mejores y abundantes frutos para la venta. Zoraida considera que hay mucha diferencia entre ambos porque al sol la producción es más abundante. Sin embargo, se afectó el recogido del café cuando se sembró al sol ya que las plantas a veces no resistían el cambio repentino y morían pero en las que sobrevivían se podía notar la diferencia en cuanto la calidad y el sabor del producto. La nueva manera de sembrar café fue más productiva debido a que los cafetales crecían enormes y había abundantes cafetos.

La siembra y el recogido de este café de sol son más costosos debido a que la producción de los cafetos es grande y para que no se desperdicie se requieren más personas para recogerlo. “Los recolectores que se enfrentaron al cambio en aquel tiempo se sintieron satisfechos porque lograron el objetivo de producir con mayor abundancia este producto,” señaló Zoraida.

El cultivo del café en Puerto Rico recibió un fuerte impulso gracias al interés que mostraba el mercado europeo por este grano. “Hubo una “época de oro” cuando los cafetales se convirtieron en el eje de la economía insular sustituyendo así la caña de azúcar,” terminó diciendo.

Una semilla de café se tarda dos años y seis meses en germinar y crecer. En temporada de mucho sol, el árbol de café produce su fruto cada tres meses. Luego que éste termina de germinar hay que esperar a que madure, luego se recoge y se pone a secar en el sol durante unos días. Luego se tuesta y lo llevan a un sitio, lo pesan y lo muelen. Dependiendo la cantidad y el peso es el pago que recibe Zoraida.

A través de esta investigación noté el beneficio de sembrar café para muchas familias que lo cultivan. El café representa el sustento económico para muchos. El café hoy día se sigue produciendo y consumiendo en gran manera.

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